El Tribunal Internacional de Crímenes de Bangladesh condenó este lunes en rebeldía a la ex primera ministra Sheij Hasina a la pena de muerte por crímenes contra la humanidad durante la represión de las protestas de julio y agosto de 2024, que dejaron 1,400 muertos y precipitaron su caída tras quince años en el poder.
El tribunal también dictó la pena capital para Asaduzaman Jan Kamal, exministro del Interior durante los hechos, mientras que el exinspector general de Policía Choudri Abdulá al Mamun, colaborador del proceso judicial, fue condenado a cinco años de prisión. Además, Hasina y Kamal perderán sus bienes confiscados.
Sheij Hasina, actualmente exiliada en India, rechazó el fallo y acusó al tribunal de estar “amañado” y ser “parcial”, alegando que se mueve por motivaciones políticas para encubrir la gestión del primer ministro interino, Muhammad Yunus. Según la exmandataria, los juicios “nunca tuvieron como objetivo lograr justicia ni proporcionar una comprensión sincera de los eventos de 2024”.
El tribunal declaró a Hasina culpable de ordenar a la Policía usar fuerza letal contra manifestantes desarmados, incluido el homicidio de seis personas en Daca, y mantiene otros tres casos pendientes en la corte: dos por desaparición forzada y otro por la represión de protestas en 2013.
El Gobierno interino de Bangladesh calificó el fallo como “histórico” y llamó a la ciudadanía a mantener la calma. En un comunicado, instó a abstenerse de desórdenes, violencia o actividades ilegales y advirtió que cualquier intento de generar caos será “estrictamente reprimido”.
Hasina ya había sido condenada en julio de este año a seis meses de cárcel por desacato, tras ser imputada por los mismos crímenes relacionados con la represión de protestas contra un polémico sistema de cuotas en los puestos públicos que favorecía a familiares de veteranos de guerra.