VILLEPINTE, Francia (AP) — Angie Valdés se colocó el lunes a un paso de darle a Colombia la segunda presea de su historia en el boxeo femenino. Su secreto rumbo al éxito no radica en la fuerza de sus golpes o la velocidad de sus piernas. Es algo más difícil de conseguir: una actitud a prueba de balas.
Sobre el encordado de la Arena París Norte, la boxeadora de 24 años, se mantuvo positiva a lo largo de tres complicados asaltos para dejar en el camino 3-2 a la kosovar Donjeta Sadiku en un combate por demás trabado.
Como recompensa, una cita contra la campeona olímpica en el peso ligero (60 kilogramos), la irlandesa Kellie Harrington. Valdés bien podría tener pactado un combate con Mike Tyson y su respuesta sería la misma: una enorme sonrisa y una frase que parece haberse convertido en su mantra “paso a paso y buena actitud”.
Subcampeona mundial y subcampeona panamericana, Valdés también es una de 14 hermanos, y si sus responsabilidades como púgil de tiempo completo no fueran suficientes, tiene a su cargo a cinco de ellos.
“Todo en la vida va paso a paso y con la mejor actitud, lo que nunca puedes perder”, repite la oriunda de Barranquilla.
Así ha llevado una carrera deportiva que la ha llevado al éxito en todos los escenarios en los que se ha calzado los guantes, y conserva intacta la esperanza de que París no sea la excepción.
“Paso a paso, porque paso a paso venimos”, subrayó. “Venimos escalando cada día más. Primero fue en un campeonato interclubes, luego fue un campeonato nacional. Ya después nos vimos en juegos bolivarianos, paso a paso, y ya nos vemos en Juegos Olímpicos”.
Esas palabras parecen tatuadas en la mente de Valdés a tal grado que hacen que cualquiera se cuestione si alguna vez titubea. Desde luego, es un ser humano, después de todo. El lunes le sucedió sobre el ring, pero…
“Siempre se tiene una duda, pero como siempre, se tiene que bloquear y ponerse positivo”, reiteró.