El presidente estadounidense, Donald Trump, generó controversia al vincular la muerte del cineasta Rob Reiner y su esposa, Michele Singer, con la “ira” provocada por la supuesta “furibunda obsesión” de Reiner contra él.
La pareja fue hallada muerta el domingo en su residencia de Brentwood, Los Ángeles, y su hijo, Nick Reiner, de 32 años, fue detenido por presunto homicidio.
En un mensaje publicado en Truth Social, Trump afirmó que Reiner padecía un “Síndrome de Locura por Trump” y lo relacionó con la tragedia. “Rob Reiner volvió loca a la gente con su furibunda obsesión conmigo”, escribió el mandatario, quien calificó al director como “estrella de la comedia” y reconoció su talento en películas como When Harry Met Sally, The Princess Bride y A Few Good Men, nominado al Óscar.
Las declaraciones de Trump provocaron un rechazo inmediato entre congresistas republicanos. Marjorie Taylor Greene señaló que “es una tragedia familiar, no política” y destacó la necesidad de empatía frente a problemas de salud mental y adicciones, en referencia al historial de Nick Reiner.
Por su parte, Thomas Massie calificó las palabras del presidente como “inapropiadas e irrespetuosas” y retó a otros legisladores a condenarlas. Los congresistas Mike Lawler y Don Bacon coincidieron en que “nadie debería ser objeto de violencia, y menos a manos de su propio hijo”.
El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, confirmó que la división de robos y homicidios investiga el caso y que Nick Reiner está bajo custodia, con una fianza fijada en $4 millones. El incidente ocurrió alrededor de las 3:38 p.m. (hora local), cuando los bomberos respondieron a una emergencia médica en la Avenida South Chadbourd.
Reiner, nacido en 1947 en el Bronx, Nueva York, fue un destacado director y productor que defendía abiertamente ideas políticas progresistas, criticando públicamente a Trump en varias ocasiones y denunciando un clima político “peor que el del macartismo”. Las palabras del presidente se suman a la polémica sobre su estilo comunicativo, considerado por críticos y algunos miembros de su partido como inapropiado y polarizante, especialmente tras tragedias familiares de alto perfil.
