Si el plan era saltar directo al “nivel Marte”, 2025 dejó claro que la partida se está jugando en otra pantalla. Elon Musk no está renunciando a su sueño marciano, pero sus mensajes recientes y el calendario de la NASA empujan a SpaceX hacia un objetivo más cercano: construir presencia humana sostenida en la Luna.
Te puede interesar: [Esta es la ciudad más poblada del mundo y tiene un gran problema: Se está hundiendo]
Es el tipo de giro que no suena a rendición, sino a pragmatismo: antes de levantar una ciudad en el planeta rojo, conviene demostrar que el “camión” (Starship) puede hacer entregas largas sin caerse por el camino.
La pista clave: NASA reabre el contrato lunar por retrasos con Starship
El detonante del cambio de tono no llega solo desde Musk. En octubre de 2025, el administrador interino de la NASA, Sean Duffy, anunció que la agencia reabrirá la competencia del contrato del sistema de alunizaje tripulado (HLS) para Artemis III, citando que SpaceX va “atrasada”.
La idea es invitar a otros actores (por ejemplo, Blue Origin) a pujar por un rol mayor en el regreso de astronautas a la superficie lunar, previsto ahora para 2027.
Musk respondió defendiendo el avance de Starship, pero el mensaje entre líneas es evidente: en el corto plazo, el “campo de pruebas” político y tecnológico no es Marte; es la Luna.
“Moonbase Alpha”: un nombre viejo, un concepto que vuelve a sonar fuerte
En paralelo, Musk volvió a agitar el avispero con una frase que se hizo viral: Starship construiría “Moonbase Alpha”.
Esa etiqueta no viene de un documento formal de la NASA, sino de la forma en que Musk suele presentar sus ambiciones: como un titular que abre conversaciones (y, de paso, presiona a reguladores y socios).
En la práctica, la idea encaja con lo que SpaceX ya vende como valor diferencial: volumen interno enorme, capacidad de carga masiva y la promesa de repostar en el espacio para sostener misiones largas.
SpaceX también ha publicado actualizaciones de progreso sobre Starship y sus vuelos de prueba, destacando que ya acumula múltiples campañas y datos para iterar diseños.
¿Significa esto que “adiós Marte”? No exactamente
Aquí conviene bajar el soufflé: Reuters informó en 2025 que Musk mantiene el objetivo de enviar una Starship no tripulada a Marte a fines de 2026, aprovechando una alineación favorable, aunque con probabilidades condicionadas a dominar el repostaje orbital.
Así que no es que Musk “se rinda” con Marte: lo que parece es una reordenación del camino. Primero, la Luna como banco de pruebas (operaciones, soporte vital, logística, energía, mantenimiento, recambios). Luego, cuando esos sistemas no sean teoría, el salto marciano vuelve a tener sentido.
El detalle que lo cambia todo: construir base no es “plantar bandera”
El discurso lunar no va de repetir el esquema Apolo (visita corta y foto). La conversación real gira alrededor de permanencia: módulos, energía, movilidad, comunicaciones, y una cadena de suministro que no colapse al primer fallo.
En ese tablero, la Luna tiene una ventaja brutal: está lo bastante cerca como para corregir errores sin esperar meses.
Te puede interesar: [Tres carreras que debes estudiar si es que no quieres ser reemplazado por la IA, según Bill Gates]
Dicho de otra forma: la primera base fuera del planeta probablemente no será épica por su distancia, sino por su rutina. Si funciona, será aburrida. Y en exploración espacial, “aburrido” suele ser sinónimo de “por fin operativo”.
Source link