Elegir las mejores películas, o siendo más justo, mis favoritas, cada año es un ejercicio más complicado, por la avalancha de propuestas originales que llegan por la gran cantidad de canales de distribución, lo cual amplía la oferta y permite que novedosos productos compitan con las fórmulas, las franquicias y propiedades intelectuales (IP) recicladas. Este limitado listado fue curado con aquellos títulos que además de contar con premisas originales, dejaron huella y provocaron mucha conversación… precisamente lo que, muchas veces, busco en el cine.
Me resultó muy difícil dejar fuera de mis cinco favoritas, joyas cinematográficas como Sentimental Value, Hamnet y Train Dreams, que calaron profundo en la psiquis y el corazón. Otras producciones que marcaron un año de pequeñas joyitas de cine independiente, que espero no sean olvidadas, como Bob Trevino Likes y She Rides Shotgun, así como elegantes filmes de reconocidos autores como A House Of Dynamite, Highest 2 The Lowest y Bugonia. En el panorama internacional, brillaron bellezas como The Left-Handed Girl, Sirat, It Was Just An Accident, Belen y The Secret Agent.
Y merece mención especial el excelente cine puertorriqueño que continúa creciendo con propuestas entretenidas y con algo que decir como @mor, Parto, Diario Mujer y Café y Un Día de Mayo.
Aun así, estas cinco películas siguen moviéndome a la reflexión, a la conversación y, sobre todo, a la emoción cada vez que las recomiendo y recibo buena retroalimentación.
Sin orden de preferencia, aquí van mis cinco favoritas:
One Battle After Another
Paul Thomas Anderson regresa con este incómodo drama de ambición, poder y contradicciones humanas. Con una puesta en escena elegante, pero contradictoriamente cruda y un elenco (Leonardo DiCaprio, Teyana Taylor, Chase Infiniti, Benicio Del Toro, Sean Penn), la película es una experiencia cinematográfica audaz y alucinante donde temas relevantes como la resistencia, rebelión, xenofobia, discrimen y racismo, se hacen eco del clima político-social que se vive en Estados Unidos, mientras obliga a la reflexión madura, con un humor mordaz y sus emocionantes secuencias de acción, que mantienen el espectador al borde del asiento.
Sinners
Ryan Coogler sorprende con un electrizante thriller que combina comentario social, violencia contenida y un ritmo que no da tregua. Visualmente alucinante y actuaciones dignas de todo reconocimiento, esta inusual propuesta celebra la historia negra en los Estados Unidos y sirve como tributo a la música blues. Fusiona el terror visceral con el cine de propósito, bajo una vibrante proeza técnica que solo un director como Coogler puede lograr. La película explora la culpa, la redención y los pecados heredados.
Jay Kelly
Desde la primera secuencia, la más reciente propuesta de Noah Baumbach, nos prepara para una jornada intima, regalándonos una de las propuestas más honestas del año. La película apuesta por la aguda observación de un personaje imperfecto marcado por sus decisiones pasadas, apoyándose en diálogos precisos y una sensibilidad narrativa que evita el melodrama fácil.
Frankenstein
Guillermo del Toro practicó con Pinocchio, lo que siempre quiso hacer con esta clásica historia de Mary Shelley. La nueva versión de Frankenstein reinterpreta desde una óptica contemporánea, más preocupada por la soledad y la responsabilidad moral alejada del horror tradicional, con una mirada profundamente emocional. Una atmósfera cuidada y un enfoque casi existencial, la película logra que el mito vuelva a sentirse relevante, recordándonos que el verdadero monstruo suele ser la falta de empatía. La cinematografía con elementos góticos es exquisita.
Esta Isla
Una de las propuestas más genuinas del cine caribeño reciente, combinando identidad, memoria y conflicto social con una mirada profundamente humana. Su narrativa honesta y su uso del espacio convierten al entorno en un personaje más, mientras la historia se mueve con sensibilidad, dejando una huella emocional que trasciende la pantalla.