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Un estudio realizado en los bosques asociados a la Estación Biológica El Verde en el Bosque Nacional de El Yunque puso de manifiesto la importante función que desempeñan las llamados briofitas en ese tipo de ecosistema.

“Briofitas” se refiere a un conjunto de plantas terrestres pequeñas que crecen sobre rocas, troncos y otras superficies y que abundan en ambientes húmedos. Comúnmente se les llama “musgos”, pero en realidad los musgos son solo uno de los tres grupos de plantas asociados a las briofitas. Los otros son las hepáticas y los antocerotes, que son de aspecto similar y habitan ambientes parecidos.

“Las briofitas viven y conviven en una dimensión de tamaño diferente a los árboles y su estatus de hidratación puede utilizarse para detectar pequeños cambios en la humedad del bosque”, comentó la Dra. Amelia Merced, investigadora experta en briofitas colaboradora del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical en Río Piedras.

Las briofitas son esenciales para el ciclo de agua en los bosques. Por ejemplo, son de importancia crítica durante períodos de sequía ya que pueden almacenar hasta un 1,400% de su peso seco en agua. Sin embargo, las virtudes de estos organismos no solo se limitan a lo que contribuyen en tiempos de sequía. Un estudio reciente liderado por Coral Matos, estudiante del College of the Atlantic en Bar Harbor, Maine, la Dra. Tamara Heartsill-Scalley, científica ecóloga del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical, y la Dra. Merced, que es también profesora en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, sugiere que las briofitas llevan en su estructura y composición la huella de disturbios previos y de usos históricos del terreno.

El estudio, titulado “Habitat preferences and distribution of some common bryophytes in a tropical forest at the Luquillo Experimental Forest, Puerto Rico” y publicado en la revista científica “The Bryologist”, se llevó a cabo en los bosques asociados a la Estación Biológica El Verde en el Bosque Nacional de El Yunque, particularmente en el “Luquillo Forest Dynamic Plot”. En este predio de 16 hectáreas (~ 40 cuerdas) se han realizado estudios de ecología y vegetación por más de 30 años.

Utilizando un conjunto de métodos florísticos y muestreo en parcelas de vegetación distribuidas en áreas forestales asociadas a ríos y laderas, las investigadoras descubrieron que la presencia y tamaño de parches del musgo Thuidium urceolatum sirven para distinguir áreas del bosque que permanecieron intactas versus áreas de bosque fueron perturbadas para extracción selectiva de árboles madereros.

“Al igual que otros organismos estudiados en este bosque, encontramos que algunas briofitas son sensibles a la historia de uso de terrenos. Es decir, un bosque que fue utilizado para agricultura en el pasado no tiene la misma cantidad y tamaño de parchos de Thuidium que un bosque que siempre lo fue”, añadió la Dra. Merced.

Mas allá del uso previo de terrenos, el estudio también reveló que la presencia y distribución del musgo estudiado y de especies de hepáticas del género Plagioghila pueden reflejar los cambios en la apertura del dosel. Estos cambios están estrechamente relacionados con el impacto de los huracanes en los bosques.

“Las briofitas también limpian nuestro aire, acumulan y purifican agua y sirven de hábitat para microorganismos que apenas comenzamos a entender”, comentó Dra. Heartsill-Scalley que es también profesora asociada del Programa Graduado de Ciencias Ambientales de la UPR en Río Piedras.

Los resultados de este estudio demuestran que al igual que los árboles, las briofitas son capaces de “rastrear” las condiciones forestales a través del tiempo. Sin embargo, a pesar de esta capacidad y de su demostrada importancia para la integridad y estabilidad ecológica de los bosques, las briofitas permanecen como un grupo de organismos poco estudiados en nuestro archipiélago.

“Muchos factores pueden estar atados a la limitada cantidad de estudios en briofitas, entre estos la forma en que tradicionalmente miramos y estudiamos los ecosistemas, además de retos relacionados al tamaño y a la identificación de estos organismos”, destacó la Dra. Merced.

Las investigadoras además indicaron que existe una gran necesidad de tener más personas capacitadas en identificación de briofitas y que sin pasos firmes en esta dirección, será muy difícil tener un entendimiento abarcador de cómo estos organismos influyen y son influenciados por su medio ambiente.

“Hagamos visibles estas importantes plantas que son parte esencial de nuestro entorno, y contribuyen al bienestar nuestro y al de nuestros ecosistemas.” concluyó la Dra. Heartsill-Scalley.



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