Monday, October 14, 2024
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Sombra de prejuicios aún ronda las donaciones de sangre

Pese a que los principales bancos de sangre en Puerto Rico introdujeron las recomendaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) para actualizar los cuestionarios de donaciones de sangre, persisten denuncias de discrimen hacia las comunidades lésbica, gay, bisexual, trans, queer, intersexual y asexual (LGBTQIA+), particularmente hombres gay o bisexuales.

La FDA anunció en mayo de 2023 que concretó guías para evaluar riesgo individual antes de donar sangre, incluyendo la revisión de los cuestionarios para eliminar preguntas con alusiones a géneros u orientaciones sexuales. Esta tarea estuvo a cargo de la Asociación para el Avance de la Sangre y las Bioterapias.

Ahora, en vez de usar categorías como “hombres que tienen sexo con hombres” (HSH), las preguntas van dirigidas a conocer si una persona, independientemente de su género u orientación, tuvo contacto sexual (vaginal, oral o anal) en los últimos tres meses con una “pareja nueva” o con múltiples parejas.

La gerente del Banco de Sangre de la Administración de Servicios Médicos de Puerto Rico (ASEM), Ada Justiniano Soto, confirmó que en enero de este año incluyeron las preguntas actualizadas a su formulario, mientras que el doctor Gerardo Latoni, director médico de Servicios Mutuos, Inc., indicó que en noviembre de 2023 lanzaron el cuestionario enmendado con las recomendaciones federales.

“Si tienes una pareja estable y eres de la comunidad [LGBTQIA+], puedes donar. Anteriormente eran tres meses [que] se te disponía que no podías donar. Ahora puedes donar, siempre y cuando cumplas con todos los demás requisitos. Nunca se juzga por ser de la comunidad”, sostuvo Justiniano Soto en entrevista con Metro Puerto Rico. (Los requisitos básicos para las donaciones de sangre son tener, al menos, 18 años, pesar más de 110 libras y estar saludable al momento de donar).

Ambos contaron, por separado, que enmendar el cuestionario conllevó meses para ajustar sistemas de información, adiestrar personal de enfermería, adaptar formularios y corregir materiales educativos, entre otros asuntos administrativos. También indicaron que la FDA revisa en las inspecciones anuales (o bienales) que el banco de sangre haya adaptado el cuestionario, aunque no es exigido por la agencia y queda a discreción del establecimiento si lo incluye. Los bancos de sangre que no adapten los cuestionarios no son multados ni se les revocan licencias, porque las guías actúan como recomendaciones que reflejan el “pensar actual” de la FDA.

Según el tablero de cumplimiento de la FDA, la última inspección del Banco de Sangre de ASEM se realizó en junio de 2023, mientras que la de Servicios Mutuos, Inc. fue en septiembre de ese mismo año.

Catalogan guías como “homofobia institucionalizada”

Desde 1983, entre la epidemia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), existía una guía para prohibir de por vida a los hombres gay y bisexuales donar sangre. En 2015, se flexibilizó la regla para que miembros de estas comunidades pudiesen donar si no habían tenido contacto sexual en un año, cuyo período fue acortado a tres meses en 2020 para ampliar la cantidad de donantes tras la escasez de productos de sangre a causa de la pandemia de COVID-19.

Pese a las nuevas enmiendas al cuestionario de historial del donante, las preguntas sobre historial sexual permanecieron para conocer riesgo de exposición a VIH/SIDA, pero aún reciben críticas de personas que ofrecen servicios de salud a las comunidades LGBTQIA+.

“¿Porque tenga múltiples parejas, eso te hace sospechoso? La mayoría de los contagios de VIH en nuestro país vienen por la pareja primaria, porque es la que tú confías”, criticó José Joaquín Mulinelli Rodríguez, director ejecutivo de la organización Coaí, Inc..

Según datos del Sistema de Vigilancia de VIH y SIDA de la División de Epidemiología del Departamento de Salud (DS), que registra casos acumulados desde al menos 1985, el porcentaje más alto de contagios entre adultos y adolescentes proviene de uso de drogas inyectables (40 %), seguido por contacto heterosexual (29 %) y, en tercer lugar, contacto sexual entre hombres (23 %).

No obstante, la FDA exhorta a no donar sangre si una persona toma PrEP o PEP, al igual que si es VIH positivo o ha tenido contacto sexual con alguien con el diagnóstico, entre otras excepciones abordadas en el material educativo que provee la agencia. “Estos medicamentos antirretrovirales (PrEP o PEP) no eliminan completamente el virus del cuerpo y la sangre donada aún puede transmitir la infección por VIH al receptor de una transfusión”, argumenta la FDA.

Por su parte, el director ejecutivo de la organización True Self Foundation, el doctor Miguel Vázquez Rivera, expresó que “las medidas de la FDA favorece que quiten estigmas, pero las sigue perpetuando al diferir por sexo anal”, dijo al tiempo que aclaró que, aunque el acto no es exclusivo de las comunidades LGBTQIA+, es común entre las poblaciones.

“Estamos acercándonos a lo que queremos, pero no estamos ahí todavía. El enfoque de la FDA debe ser en las conductas sexuales. Además del tipo de sexo que tengan [los donantes], la pregunta debe ser si se están protegiendo consistentemente. El porqué no nos enfocamos en eso, no me queda claro y me confunde. Hay un estigma bien grande en prácticas sexuales no tradicionales”, enfatizó.

El director de Coaí, Inc. planteó también que “el haber puesto este asunto de restringir poblaciones sigue creciendo duda de por qué la alerta de muestra”. Sostuvo que lo que le alarma del cuestionamiento “es si esa[s] pregunta[s] son medidores o indicadores para sesgar la sangre a un lado y descartarla por mi prejuicio o hacerle más pruebas por mi prejuicio”.

El oficial de Promociones del Banco de Sangre de ASEM, José R. Alonso Zayas, explicó que las preguntas del historial sexual se realizan como “capas de seguridad”.

“Yo puedo recolectar [sangre] y, aunque yo haga la prueba, si yo no tengo un precernimiento, podría estar gastando recursos para poder agilizar el proceso. Si yo no tuviese cernimiento y recolectara 100 pintas, yo tengo que verificar cuáles son las que realmente puedo utilizar. Pero si yo tengo un cernimiento previo, y ya yo sé [que] esta persona tuvo contacto sexual, pues se difiere por tres meses [y] ya en ese bache, de antemano, se descartaron algunas”, abundó.

“Es una manera de educar y realmente optimizar el proceso”, puntualizó, al confirmar que todas las pintas recolectadas, indistintamente, pasan por pruebas de detección de hepatitis B y C, sífilis y VIH.

Mulinelli Rodríguez, no obstante, manifestó que las preguntas “responde[n] a un asunto discriminatorio, a un asunto de prejuicio, un asunto muy subjetivo que no me dice nada”, que tildó de “homofobia institucionalizada”. Además, cuestionó el mecanismo de asegurar que el donante responda fidedignamente a las preguntas de su historial, puesto que si una persona evalúa las categorías, como HSH o “persona que se inyecta drogas”, y no se identifique, pese a que posiblemente incurra en estas acciones, va a proveer una respuesta inexacta.

Según Alonso Zayas, se le da un “voto de confianza” al donante de que contesta con la verdad durante las pruebas de cernimiento, cuyo proceso toma alrededor de cinco a 15 minutos.

Metro Puerto Rico también pidió expresiones a la FDA, pero remitieron al comunicado del año pasado, en el que el doctor Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación de Productos Biológicos de la FDA, expresó que la agencia “ha trabajado diligentemente para evaluar nuestras políticas y garantizar que tengamos la evidencia científica para respaldar la evaluación de riesgos individuales para la elegibilidad de los donantes”.

Poca probabilidad de contagio por transfusión de sangre

Para conocer la viabilidad de un cambio en el período de diferimiento, la FDA financió el estudio “Evaluación de la variabilidad de los donantes y nuevos conceptos de elegibilidad”, que analizó posibles comportamientos y biomarcadores de riesgo a contraer VIH en HSH para estimar una proporción poblacional del estudio.

Los primeros hallazgos, publicados en abril de 2023, encontraron que, entre 1,562 personas sin VIH, 789 de ellos no estaban tomando PrEP y, de estos, el 66.2 % informó haber tenido solo una pareja sexual o no haber tenido sexo anal. Mientras, el 69 % indicó no haber tenido nuevas parejas sexuales ni haber tenido sexo anal con una nueva pareja en los últimos tres meses. Estos resultados identificaron a HSH sexualmente activos con conductas de bajo riesgo que pueden ser elegibles para donar sangre, por lo que respaldaron el cambio a una evaluación de riesgo individual para no diferir por tres meses al posible donante.

En comparación con Estados Unidos, otros 12 países — Austria, Portugal, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Malta, España, Alemania, Irlanda, Eslovenia y Suiza — adoptaron los cuestionarios de riesgo individual en 2021 o, similarmente, en 2023, identificó un informe de la Alianza Europea de Sangre (EBA, en inglés), una organización que representa los establecimientos de donación de sangre en 25 naciones de Europa.

Los períodos de diferimiento entre estas naciones varían entre tres, cuatro o 12 meses si la persona responde que tuvo contacto sexual con una pareja nueva o con más de una pareja y, en algunos, preguntan por sexo anal para conocer riesgo y diferirlo(a). Según el informe, Australia está en proceso de eliminar todo diferimiento por actividad sexual, o si usa PrEP, en donaciones de plasma por fraccionamiento, por lo que cualquier persona podría donar plasma sin informar historial sexual.

En cuanto a posibilidades de contagio a través de transfusiones de sangre y/o tejido, el último adulto diagnosticado con VIH por esta vía ocurrió en el 2001, mientras que el último reporte pediátrico ocurrió en 1991, confirmó la principal oficial de Epidemiología, Melissa Marzán Rodríguez. De SIDA, se han registrado 168 casos acumulados de exposición por trasplante de sangre desde mediados de los años 80.

El reto, según Mulinelli Rodríguez, es “romperle a la gente esas ideas preconcebidas que permean en el personal médico, en las agencias federales y estatales de salud, porque ahí hay gente que toma decisiones con sus prejuicios y con sus discrímenes o visión religiosa o de vida, lo que sea”. “Por eso sigue sin convencerme qué es lo que hay detrás”, declaró.

Joaquín A. Rosado Lebrón cubre salud para Metro PR a través del programa Report for America.



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