El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) estuvo investigando una querella administrativa contra los suegros de la gobernadora Jenniffer González por destrucción ambiental en la zona de mangles en La Parguera. Según las expresiones del abogado de los suegros de González a la prensa, la querella fue atendida mediante una vista técnica ante una oficial examinadora alrededor de septiembre de 2023.
Todo el proceso de las vistas administrativas está regulado por la Ley de Procedimiento Administrativo Uniforme vigente y los reglamentos del DRNA. La ley y los reglamentos requieren que la querella la atienda una oficial examinadora que tiene que ser imparcial y debe resolver únicamente basado en el expediente del caso, es decir, en la evidencia presentada ante ella durante la vista. Luego de examinada la evidencia, la oficial examinadora le hace unas recomendaciones al secretario del DRNA. No es el secretario quien le hace recomendaciones a las oficiales examinadoras.
Sin embargo, eso no fue lo que sucedió con la querella presentada contra los suegros de la presidenta del Partido Nuevo Progresista. Esa querella fue ilegalmente archivada por un mandato directo –y ultra vires– mediante una Orden del secretario, violentando el debido proceso de ley y la imparcialidad que debería regir estos procesos. La gobernadora ha revelado su arrogancia y su falta de escrúpulos al abusar de los poderes de su cargo recién asumido, sin pudor ni vergüenza. Antes de que se emitiera la Orden Administrativa, la gobernadora advirtió en televisión nacional a la periodista Valeria Collazo, de manera pedante y jaquetona al estilo violento de Thomas Rivera, que la investigación contra sus suegros no continuaría. Dijo que se iba “a caer” ante los tribunales y ante el derecho administrativo. Con esta actuación, quedó muy claro que todos los procesos, ya sean investigativos, cuasi judiciales o judiciales, están en entredicho para la gobernadora. Quien gobierna sin sujeción a la ley o abusa de su poder es una déspota. Este cuatrienio, nos tocará defender –además del medioambiente– a la misma democracia.