La situación de violencia y criminalidad que se manifiesta en la sociedad puertorriqueña continúa siendo un problema fundamental en nuestro país. Desde asesinatos y feminicidios, violencia de género, actos recurrentes de criminalidad en nuestras comunidades, violencia y abusos contra la niñez y adultos mayores, el panorama de la convivencia colectiva en Puerto Rico se empaña de dolor, sufrimiento, angustias, depresiones y ansiedades en una cotidianidad cada vez más inmanejable desde todo punto de vista. Las autoridades concernidas en Puerto Rico, bajo las distintas administraciones gubernamentales, han fracasado en la lucha contra la creciente violencia y criminalidad que nos acecha indiscriminadamente y que afecta profundamente la calidad de vida en nuestro país, incluyendo la violencia política y mediática que vivimos todos los días.
El tema de la violencia ha sido estudiado y trabajado con rigurosidad por profesionales de la conducta humana y de las ciencias médicas y diversas organizaciones. Se ha publicado una gran cantidad de documentos, cuyo propósito ha sido, no solo diagnosticar y describir con precisión los patrones de conducta humana agresiva y violenta, sino también proponer soluciones basadas en los hallazgos de las investigaciones más avanzadas y recientes sobre el tema, y en la experiencia internacional que se ha documentado en otras jurisdicciones.
Es importante que quienes ejecutan política pública comprendan, de manera científica y objetiva, la metodología, implementación y resultados de este tipo de manejo de la violencia y la criminalidad dentro de nuevos enfoques, acciones, modelos y proyectos de transformación social. Un objetivo fundamental es el reclamo de la creación de programas e iniciativas que promuevan una transformación de las estructuras sociales asociadas a ellas, como la marginación económica, el discrimen, el prejuicio racial, la desigualdad de género, la salud mental, las distintas modalidades de violencia, el propio gobierno como generador de violencia, entre otras.
Continuar con los mismos enfoques y acciones para atender tan complejos problemas es continuar fracasando. Por ello, desde nuestro espacio legislativo, muy pronto comenzaremos nuevamente, como lo hicimos el cuatrienio pasado, a convocar a diversas personas, grupos y sectores que trabajan con los temas vinculados a la violencia que arropa nuestra sociedad para, de esta forma, replantearle al país nuevos enfoques, paradigmas y propuestas.