


Barranquitas — Hay lugares que, más que restaurantes, son parte del alma de un pueblo. El Criollito, con más de seis décadas de historia, es uno de ellos, una parada obligatoria en el corazón de Barranquitas y un clásico indiscutible de la gastronomía puertorriqueña.
El trato familiar y su ambiente rústico y entrañable, evocan la esencia de una auténtica casita de campo, donde cada visita se siente como regresar a casa.
En conversación con Sabrosia.PR, su propietario Edgar Pagán compartió que El Criollito atraviesa una etapa de renovación culinaria, con un menú rediseñado e inspirado en sabores ahumados que elevan la tradición sin perder la esencia criolla que los caracteriza.
“Queremos renovar el concepto del menú enfocado en platos con sabores ahumados. Que la gente disfrute en familia en este restaurante que es lo más cercano a una casita de campo tradicional para transportarse a nuestras tradiciones. Que los visitantes conozcan nuestra cultura y nuestras raíces”, expresó.

La nueva propuesta incluye croquetas de risotto con carne ahumada, alitas ahumadas, y una jugosa chuleta can can ahumada, además de una selección de postres elaborados en la casa.
Entre ellos brillan las querendonas barriguitas de vieja espolvoreadas con canela y azúcar negra, un dulce homenaje a los sabores de la montaña.
En la barra, no pueden faltar los clásicos como el Tom Collins, preparado con precisión refrescante, y la bebida insignia, El Criollito, que ya es parte de la identidad del restaurante.
Ubicado en el km 1.6 de la PR-152 en Barranquitas, El Criollito continúa siendo punto de encuentro obligado para locales y visitantes que buscan comida casera y los auténticos sabores del campo.
La frescura es un sello del restaurante y cada plato se prepara desde cero, garantizando calidad, sabor y ese sentimiento de comida hecha en casa.

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