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Alza mundial en la carne dispara costos en Puerto Rico


Vaqueria Vaquerias. Dorado. Metro PR 3 de septiembre de 2025 (Dennis A. Jones)

El alza en los precios de la carne a nivel mundial ha impactado directamente a los consumidores puertorriqueños y al sector ganadero local, que enfrenta mayores costos de operación en medio de un mercado dominado por las importaciones. Tanto productores como economistas coinciden en que la coyuntura actual podría servir para fortalecer la producción interna si se atienden los retos de competitividad y de política pública.

El ganadero César Borges, propietario de Ganadero Borges en Naguabo, explicó que el costo de producción se ha disparado por factores fuera de su control. “El alimento para el ganado está carísimo, igual que la energía y los materiales. Los precios de los alimentos balanceados se fueron por las nubes y eso encarece todo el proceso”, expresó.

Según Borges, producir carne en Puerto Rico se había vuelto cada vez más difícil y los costos operacionales eran muy altos debido al precio de la luz, el agua, los seguros y el transporte, lo que dejaba poco margen para sostener la operación.

El productor sostuvo que, a pesar de los retos, el mercado local ha mostrado interés en productos frescos de origen puertorriqueño. “La gente está buscando carne local porque sabe de dónde viene y confía más. Si se apoya más la producción local, se puede sustituir parte de la carne que llega importada”, señaló.


Por su parte, el economista José Caraballo Cueto explicó que el impacto del alza internacional se refleja en la isla por su alta dependencia de las importaciones. “Puerto Rico consume mucha más carne de la que se puede producir a nivel local. En ese sentido, se ve afectado por un precio que no controla a nivel mundial”, indicó.

El economista recordó que los aumentos se acentuaron luego de la pandemia y de la guerra entre Rusia y Ucrania, cuando subieron los precios de los alimentos del ganado y los granos, lo que coincidió con un alza en el precio de la carne. A todo esto ahora se suma el efecto de los aranceles.

Caraballo Cueto señaló además que una de las alternativas era impulsar la producción local para reducir la vulnerabilidad del país ante las fluctuaciones globales, ya que, explicó, aumentar la producción interna permitiría sustituir importaciones, aliviar el impacto en los consumidores y fortalecer la actividad económica porque el dinero permanecería circulando en Puerto Rico.

El economista reconoció, sin embargo, que la autosuficiencia total no es viable. “Para satisfacer toda la demanda de carne, se requerirían demasiadas tierras que no tenemos. Pero sí podríamos producir un poco más a nivel local. El objetivo no debe ser producir todo lo que comemos, sino enfocarnos en lo que podemos hacer de forma competitiva”, comentó.

Sobre la posibilidad de competir en ciertos segmentos, precisó que “la carne de buey se ha estado produciendo en Puerto Rico con éxito. También hay mercado para el pollo orgánico, que aquí se paga caro. En el caso del cerdo, si los porcicultores se unieran para comprar alimentos en grupo, podrían reducir costos y mejorar la competitividad”.

Caraballo Cueto también destacó el impacto de las leyes federales en los precios locales. “La ley de cabotaje hace que aumente el costo del alimento de los animales y de los alimentos importados, lo que representa una barrera a la producción local y encarece los precios para el consumidor. Además, los aranceles que cobra el gobierno federal se devuelven al Departamento de Hacienda. En el año fiscal anterior, eso representó $286 millones. Ese dinero podría usarse para aliviar el impacto al consumidor”, afirmó.

Visión del sector cárnico: de la crisis a la oportunidad

Mientras tanto, Rosely Hernández, directora ejecutiva del Fondo para el Fomento de la Industria de Carnes de Res en Puerto Rico, considera que el aumento en los precios mundiales, lejos de ser solo un reto, representa una oportunidad para el desarrollo agrícola. “El alza responde a factores como la reducción del inventario de ganado en Estados Unidos, el aumento en los costos de producción y las restricciones de importación. En Puerto Rico, este efecto es aún mayor por los costos de transporte y distribución, lo que evidencia la urgencia de fortalecer nuestra producción interna”, indicó. Hernández reconoció que la industria local enfrenta desafíos significativos, como la escasez de ganado, la reducción en el número de productores activos y la falta de márgenes suficientes para sostener operaciones rentables. “El precio que recibe el ganadero, muchas veces, no cubre los costos. Para mejorar la competitividad, hay que promover registros productivos en las fincas, criar animales jóvenes de razas adaptadas al trópico y establecer un sistema de clasificación que premie la calidad del producto local con mejores precios”, subrayó.

La funcionaria también hizo un llamado a diversificar la industria cárnica del país. Explicó que impulsar la crianza de ganado de carne con genética adaptada al trópico, invertir en pastos resistentes a la sequía y fomentar programas de confinamiento supervisados por nutricionistas son pasos clave para mejorar la productividad. Agregó que existen incentivos gubernamentales disponibles para quienes deseen fortalecer su operación agrícola. Uno de ellos es el Incentivo de Reemplazo de Vaca de Vientre del Departamento de Agricultura, que otorga $300 por novilla hasta un máximo de 50 por agricultor al año, sujeto a disponibilidad de fondos. Hernández señaló además que el desarrollo de nuevos mercados podría generar empleos y estimular la economía rural del país. “Puerto Rico puede avanzar hacia una industria cárnica más moderna si apuesta por productos de valor añadido. Embutidos, alimentos para mascotas, grasas e incluso caldos elaborados con huesos son áreas con potencial que no se están explotando plenamente”, comentó.

A nivel internacional, el precio de la carne de res ha subido por la falta de suministros en países como Brasil y Estados Unidos, junto con el aumento del costo del alimento para el ganado, la energía, la mano de obra y el transporte. Las altas tasas de interés también encarecen el financiamiento de los empresarios.

El precio de los filetes de res, en Estados Unidos, aumentó un 12 % en el último año, según reportes internacionales. Expertos como la economista Natalia Tothova sostienen que la concentración del mercado en pocos grandes procesadores ha limitado la competencia y fortalecido la capacidad para fijar precios.

De acuerdo con el World Beef Report, el valor del ganado para faena aumentó 54 % en la Unión Europea, 33 % en Estados Unidos, 26 % en Brasil y 17 % en México, al comparar septiembre de este año con el mismo mes del año anterior. En Estados Unidos, el stock de vacuno alcanzó su nivel más bajo en 70 años, mientras que Brasil ha reducido el ritmo de exportaciones para recomponer su oferta interna.

Ante este panorama, Borges coincidió en que el consumidor local terminará pagando más, pero recalcó que “apoyar al producto puertorriqueño puede ayudar a mantener un balance. Si se fomenta la producción aquí, parte del dinero se queda en el país y eso ayuda a todos”.

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