En medio del ajetreo propio de la temporada navideña, los pasajeros que transitaban por el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín se llevaron una sorpresa inesperada cuando seis estatuas vivientes recrearon un emotivo nacimiento viviente. Un ángel, el Niño Jesús, María, José y los Tres Reyes Magos lograron detener por unos minutos el paso acelerado de los transeúntes, abriendo un espacio para la contemplación, la cultura y la tradición puertorriqueña.
La estampa, cargada de simbolismo y sensibilidad, fue posible gracias a una colaboración entre la administración del aeropuerto y la corporación cultural Tercera Llamada de San Germán, que utiliza el teatro y las artes escénicas como herramientas de inclusión, educación y promoción cultural.
Para Nelman Nevárez, director de operaciones de Aerostar, este tipo de iniciativas buscan ir más allá de la experiencia tradicional de viajar. “Dada la época navideña, lo que queremos es integrarnos con nuestra cultura y con toda esta emoción que tenemos durante esta época, regalársela también a nuestros pasajeros, tanto locales como turistas”, expresó a Metro Puerto Rico.
Añadió que la intención es que quienes visitan la isla puedan llevarse “un ejemplo de lo que nosotros somos, parte de nuestra cultura”, y que el aeropuerto se convierta en un espacio donde no solo se llega para abordar un avión, sino también para vivir Puerto Rico.
Nevárez destacó además el impacto visual y emocional del montaje. “Es la primera vez que vienen aquí al aeropuerto. Como ven, hacen una estampa maravillosa y preciosa. Esto es algo para que el público se deleite y viva la experiencia”, afirmó, subrayando el valor de presentar un nacimiento viviente justo en los días cercanos a la Navidad.
Detrás de las estatuas vivientes está el trabajo minucioso y apasionado de Tercera Llamada. Nancy Collazo, participante de la corporación, explicó que la organización ofrece clases de actuación para niños, jóvenes y adultos, y desarrolla proyectos culturales en San Germán y en los pueblos del suroeste de Puerto Rico.
La invitación al aeropuerto surgió luego de que Verónica Alcázar, encargada de iniciativas culturales en el terminal, los viera en una presentación previa y los contactara para llevar esta experiencia al Luis Muñoz Marín.
“Este es un escenario importantísimo”, señaló Collazo. “Aquí parten personas de otros países y también nos visitan, y conocen un poco de la cultura de lo que nosotros ofrecemos como pueblo. Eso es parte de lo que hace Tercera Llamada, fomentar la cultura de nuestro país para que niños y jóvenes puedan conocerla”.
La magia que el público vio en cuestión de minutos conlleva semanas de preparación. Según explicó, la pintura y el montaje en el lugar toman alrededor de dos horas, pero el trabajo de vestuario, utilería y caracterización se prepara con mucha antelación. Todo es hecho a mano, desde la cabeza hasta la punta de los pies, utilizando pinturas especialmente formuladas para la piel y simulando el acabado en bronce que da vida a las estatuas.
Tercera Llamada está compuesta por un grupo diverso que integra personas de distintas edades, desde niños hasta adultos mayores, y también participantes con diversas condiciones, como autismo.
“Nos integramos con todo tipo de personas y la pasamos superbién”, compartió Collazo, resaltando el carácter inclusivo del proyecto.
La presentación en el aeropuerto es solo una de las muchas iniciativas que el colectivo desarrolla durante la temporada. El próximo 6 de enero celebrarán la quinta edición de Ilusión de Reyes en San Germán, con una peregrinación desde la Catedral de San Germán hasta Porta Coeli, acompañada de música y actividades para toda la familia.
Por unos instantes, el aeropuerto más transitado del Caribe se transformó en un escenario vivo donde la fe, el arte y la cultura puertorriqueña se encontraron. Una pausa necesaria en medio del viaje, recordando que la Navidad también se vive y se siente en los lugares más inesperados.
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