Thursday, June 12, 2025
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Xavier Pacheco: “Ser padre de dos niñas ha sido una bendición”

Reconocido en la escena gastronómica puertorriqueña por su creatividad en los fogones, su rol más importante no ocurre en la cocina, sino en su hogar. El chef Xavier Pacheco, padre de dos niñas —Mareva Lucía de cinco años y medio y Oliva Ximena, de casi tres— comparte con profunda emoción cómo la paternidad transformó su vida y lo ha llevado a descubrir nuevos significados de amor y gratitud.

“Tengo dos bendiciones, primero por tener la dicha de estas dos niñas, y segundo por la dicha de ser un padre escogido”, compartió en voz entrecortada. Y es que la llegada de Oliva, quien nació con síndrome de Down y ha atravesado múltiples procedimientos médicos, ha sido para la familia un proceso de crecimiento y aceptación.

“Soy dichoso de muchas maneras, pero en especial porque fui escogido como padre de una niña con esa condición. No hay mejor ni peor, son mis hijas y son especiales tal como son”, afirmó.

El chef, acostumbrado a la adrenalina y precisión que exige la alta cocina, confiesa que nada se compara con la experiencia de ser papá. Proveniente de un entorno familiar mayormente masculino, criar a dos niñas lo ha llevado a explorar facetas inesperadas.

“Todo este proceso de hacer moñitos, vestirte de rosita, que te pinten las uñas y te quieran maquillar… te conecta con tu lado más tierno y creativo. Es bien bonito”, cuenta con una sonrisa.

Oliva Ximena, la menor, ha sido ejemplo de fortaleza. “Hemos tenido que mudarnos a Boston para varios procedimientos, y cada vez que salía de uno, lo hacía con una alegría inmensa. Eso me enseña a ver la vida con otros ojos. Mientras yo estoy preocupado por los números o la economía, ella me recuerda que lo más importante es mantener la fe y la esperanza”, relató con ternura, el fundador y propietario de los proyectos gastronómicos Bacoa Finca Fogón en Juncos, Aldeana en Cidra y Los Guapos.

Pero en esta travesía, Mareva Lucía también ha jugado un rol fundamental. Con tan solo cinco años, se ha convertido en la mejor terapeuta de su hermana. “Ella entiende todo el proceso, sabe qué puede o no puede comer Oliva, y nos lo explica. Es una hermana brutal. Más que las terapias, su mejor terapia es el amor de su hermana”, destacó Pacheco.

Como chef y padre, la alimentación es otro de los pilares en el hogar. “Estoy convencido de que la alimentación es crucial en el desarrollo de los niños, y lo veo con ambas. En casa comemos viandas, buena pesca, cordero… tratamos de exponerlas a lo mejor. Oliva, fuera de lo congénito, no se enferma. Hemos sido muy estrictos con lo que comen”, asegura.

Y aunque en ocasiones se permiten un gustito dulce, gracias al talento repostero de su esposa, Ruth Mareva Fred, el enfoque siempre es en productos frescos y de calidad.

Más allá de los retos, para el chef Xavier Pacheco ser padre ha sido un regalo invaluable. “Ellas me han cambiado la vida. El mundo lo veo ahora con otros ojos. A veces nos quejamos por cosas tan tontas… y cuando ves a una niña luchando con todo el deseo de vivir, te das cuenta de lo que realmente importa. Me han enseñado a ser mejor ser humano y a valorar cada día”.

Este Día de los Padres, Pacheco celebra no solo la dicha de ser papá, sino el privilegio de caminar junto a sus dos grandes musas.

“Han sido una bendición en mi vida. Y me siento el padre más afortunado del mundo”, concluyó.



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