La salud es un derecho humano; incluye el derecho a recibir diagnósticos y tratamientos sin importar la condición económica o social de las personas. En nuestro país, ese derecho es violado constantemente debido a que el modelo de salud está basado en el lucro de las aseguradoras, con el aval de todos los gobiernos.
Desde el Partido Independentista Puertorriqueño, llevamos décadas planteando la urgente necesidad de un sistema de salud en donde el eje central sea el ser humano y que garantice este derecho. En este cuatrienio, insistimos en nuestra propuesta para transformar el sistema de salud, plasmada en las siguientes cuatro medidas:
La primera medida crea el Seguro Nacional de Salud Universal bajo un modelo de pagador único y que cubre a toda persona residente en Puerto Rico, independientemente de su situación laboral, condición social, nivel socioeconómico y lugar de residencia en la isla. Toda persona elegible tendrá derecho a recibir una cubierta amplia, integrada y continua de salud física, mental, oral, visual, auditiva, sexual y reproductiva.
La segunda busca garantizar un sistema que reduzca las inequidades en salud, promoviendo una gobernanza participativa y más cercana a las comunidades mediante la regionalización del sistema. Impulsa una mayor inversión en salud pública, enfocada en servicios de promoción de la salud, prevención primaria de enfermedades, atención primaria de salud e intervención efectiva e integral de los determinantes sociales de la salud.
La tercera crea la Cuenta Nacional de Salud para la evaluación y monitoreo sistemático, integral y continuo del flujo financiero y de recursos vinculados al consumo de bienes y servicios de salud en Puerto Rico. Busca institucionalizar una herramienta crucial para la planificación y gestión de los sistemas de salud, que permita tomar decisiones actualizadas e informadas que verdaderamente beneficien al pueblo.
La cuarta crea la “Carta de Derechos de los Profesionales de la Enfermería de Puerto Rico”, con el fin de garantizar su bienestar, condiciones de trabajo dignas, y la calidad de vida de los profesionales de la enfermería de Puerto Rico.
Hay que actuar de inmediato para revertir esta crisis que atenta contra el bienestar y la vida de miles de personas que habitan nuestro archipiélago.
